martes, 31 de marzo de 2015

Rescatemos nuestra Tacna de Antaño


Recordando los viejos tiempos, que para algunos es algo que ya debe olvidarse. Una época llena de alegría y tranquilidad, nos remontamos a finales de 1800 a comienzos de 1900, donde muchos de los libros de Jorge Basadre y el ilustre historiador Luis Cavagnaro nos contaban de una ciudad en su apogeo con un gran amor por la naturaleza, el arte y el conocimiento. Donde la gente no usaba buses o autos para llegar de un lugar a otro, ya fuera cercana o lejana la distancia el caminar era el mejor transporte. En el camino se podía disfrutar de dulces tradicionales como la melcocha con muchos frutos secos no golosinas empaquetadas en plástico llenas de preservantes y químicos industriales, las marrequetas eran nutritivas y no las huecas llenas de leudantes artificiales que son ahora.



Todo Tacna estaba llena de parques, arboles y jardines donde uno podía disfrutar la calma de escuchar el río, las aves y el viento de las tardes no habían músicas regetoneras que inundan como ahora cada esquina de la ciudad. La gente se saludaba cordialmente no se empujaba para llegar mas rápido a su destino. Las casas eran de adobe que al ser reforzadas con paja y cañas eran antisismicas y sobre todo eran mas frescas, ecológicas y mucho mas sanas, con arboles en la entrada. Ahora vemos casas tan reducidas, con varios pisos con techos que solo son aprovechados para dejar a sus mascotas que hacen un coro de ladridos interminables en la noche.



Si, muchos dirán que la Tacna de ahora nos da tecnología, medicamentos de todo tipo, comida rápida pero realmente es necesaria solo nos ha echo prisioneros de un mundo globalizado y monopolizado por las industrias que no nos ven como individuos sino como un grupo de gente explotable para su beneficio. Ahora las calles están llenas de basura, los arboles y los parques destruidos para poner una casa mas, un hotel o clínica, cuando simplemente se podría construir respetando la flora que lleva mas de 100 años en nuestra ciudad, nuestras aves autóctonas se ven en espacios reducidos obligadas a irse a Chile, reemplazados por buitres, perros y gatos que se multiplican sin control por el exceso de basura y la falta de interés de nuestras autoridades locales. Yo reconozco el trabajo de muchos recicladores y ecologistas que aun quieren conservar nuestra Tacna bella. Que siempre fue una ciudad humilde que se mantuvo fuerte ante la adversidad y hoy sufre de una trasformación muy nefasta donde ya no existe la tranquilidad solo el constante apego a la las luces, computadoras, teléfonos, cirugías, pésima música y series de television embrutecedoras. Mi consejo es que se alejen de toda la tecnología, el bullicio y alimentos grasosos aunque sea los fines de semana y salgan a disfrutar de la naturaleza que aun le queda a nuestra ciudad y tratemos de cuidar un árbol autóctono de Tacna, su mente y cuerpo se lo agradeceran.



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