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miércoles, 30 de abril de 2014

WWF en contra del medio ambiente



En una verdadera lastima que otra vez la WWF siga atentando contra el medio ambiente, ahora de la mano con Uniliver.

Ambos al mismo tiempo que se hacen una propaganda para verse como ecologistas pero muchos no saben o simplemente desconocen que Uniliver sigue con la deforestación de muchas selvas para materia prima de sus productos. Es por eso que de manera muy conveniente están vendiendo "bolsas ecológicas" que de ecológicas solo tienen el nombre porque están hechas de plástico, las cuales necesitan mucha agua para su fabricación ademas del petroleo que en la actualidad esta destruyendo muchos ecosistemas marinos y terrestres en todo el globo.

El ministro británico de Medioambiente, Phil Woolas, publicó en el The Mail on Sunday un artículo sobre el despilfarro de agua en el que, entre otras cosas, decía: "En el proceso de producción, se requieren siete litros de agua para fabricar una simple botella de litro de plástico. Y muchas de las botellas terminan en nuestras calles, ríos y canales, creando una vorágine de botellas y otros residuos plásticos que se arremolinan en nuestros grandes océanos". ¿Para asustar? Pues parece que se queda corto. Su ecuación, siete litros para una botella de uno, palidece frente a las que lleva tiempo contando, para fabricar un vaso de 15 mililitros hacen falta 10 litros de agua. Para una botella de un litro se necesitan 80 litros; para envolver en plástico un bocadillo, ocho litros y solo pongámonos a pensar cuanto de agua necesitarían varias toneladas de plástico para su posterior uso. 

Pongamos, por ejemplo, que asisten ocho invitados al cumpleaños de su hijo; en total: nueve personas con el homenajeado. Comienza la lista del desastre: nueve vasos de plástico (90 litros de agua: 10 para la elaboración de cada uno); un plato de plástico para cada celebrante más seis para distribuir la comida a lo largo de la mesa (15 platos, a 18 litros de agua por plato: 270 litros); cubiertos de plástico, a dos por cabeza: 18 (108 litros de agua). En total y como mínimo son 486 litros de agua desperdiciados, que podrían haberse ahorrado sustituyendo el plástico por vasos y cubiertos de acero inoxidable, una alternativa muy recomendable a la consabida y omnipresente botellita de plástico: "Los termos de acero tienen una vida casi infinita, son irrompibles y preservan el agua de la luz, además de mantenerla en perfecto estado y fresca. Por eso, el acero es lo mejor".

Hace unos meses y en vista de que "las nuevas generaciones, que han vivido siempre en la opulencia, se han olvidado del significado y la importancia del ahorro", se ha denunciado el monstruoso gasto de agua que genera la industria del plástico intentando paliar el vergonzoso silencio mediático que, ni siquiera en el tiempo del cambio climático, se preocupa por este tema: "La cosa está muy clara. A nadie le interesa que la gente sepa. Hay multitud de intereses económicos en juego: por una parte, el de las petroleras (sólo en España, se consumen más de 330.000 barriles para la fabricación de botellas de agua) y por otro, el de las marcas de agua embotellada, que fomentan la moda creciente (en la década de los 70, se ingerían 1.000 millones de litros de agua al año en el mundo; hoy, la cifra ha aumentado hasta los 155.000) de beber agua mineral, que supuestamente es más sana".

Y no le falta razón: el agua embotellada deja en ocasiones mucho que desear, hasta el punto de que en ciertas zonas geográficas sería mucho más saludable consumirla del grifo. Según el prestigioso científico alemán William Shotyk -y tal como ya publicó Crónica en marzo de 2006- los envases de plástico no sólo contienen agua y refrescos, sino también niveles excesivos de antimonio, un metal altamente nocivo para la salud que poco a poco se va mezclando con el líquido provocando tras su ingesta vómitos y desarreglos en el sistema nervioso, entre otros trastornos para la salud.

España es el cuarto país consumidor de agua mineral (las cifras se han incrementado en un 80% en la última década) y el noveno productor de agua embotellada en Europa, hasta alcanzar una media actual de unos 170 litros por habitante y año. Sin embargo, es mucho lo que los consumidores desconocen; por ejemplo, que las tres cuartas partes de las botellas disponibles en el mercado contienen simple y llanamente agua del grifo purificada y a la que se llegan a añadir ciertos elementos para poder etiquetarla como mineral.

Tampoco sabe el consumidor medio que sólo el 3% del agua existente en el planeta es agua dulce; es decir, apta para el consumo, por lo que, si se requieren 2.000 litros para fabricar un kilo de plástico (40 litros van sólo en una botella de un tercio de litro), cada español desperdicia indirectamente 13.600 litros de un agua que, tras el proceso de fabricación de las botellas, queda prácticamente inservible.

Pero a todas estas cifras vertiginosas habría que añadir muchas más, porque no sólo de agua embotellada vive el hombre. Desde que nos levantamos y hasta que nos acostamos, nuestro consumo de plástico es irracional y, muy a menudo, frívolo e innecesario: el plástico está presente en el tetra brick de leche, en el embalaje del pan de molde para la tostada, en los artículos de higiene (botellas de champú y gel, cosméticos, cepillo de dientes ), en las perchas de las que colgamos la ropa, etc.Es decir, cada día y antes de salir de casa, hacemos un flaco favor a la naturaleza y nos lo hacemos por ende a nosotros mismos, que dependemos del agua como fuente esencial de vida. Pero dejando a un lado los motivos ecológicos y agarrándonos al bolsillo, el agua mineral constituye una nueva aberración en cuanto al precio: 100 metros cúbicos de agua del grifo cuestan tanto como un litro y medio de agua embotellada. Con todo y aunque España sea uno de los países europeos con el precio más bajo de agua doméstica, parece que las estrategias de márketing han hecho más mella en la población que el precio de oro al que nos venden un agua por otro lado muy similar a la que utilizamos en la ducha o para lavar los platos.


A día de hoy, los embalses de España están al 44% de capacidad: un 14% menos que en 2007. En la costa levantina, la situación es agónica: no rebasan el 21%. Además, las calidades del agua en ésta y otras zonas del país dejan mucho que desear: son aguas duras, con exceso de cal y, cerca del mar, aguas generalmente desaladas, lo que les confiere un sabor poco apetecible para los paladares. Precisamente es la calidad del agua lo que más nos impulsa al consumo de la embotellada. Por eso, José Luis propone a las administraciones públicas hacer fuertes inversiones en el saneamiento de tuberías, depuradoras y demás infraestructuras hídricas.

En 2007, la alcaldía de Nueva York impulsó una campaña a favor del consumo de agua del grifo. Ese mismo año, el consistorio de San Francisco prohibió a las instituciones públicas comprar agua embotellada y en San Sebastián repartió jarras para agua en los establecimientos hosteleros de la ciudad, con el lema "¿El agua? En jarra, ¡naturalmente!". La semana pasada, el Ministerio de Medioambiente británico inició una campaña apoyada por un documental que emitirá mañana la BBC bajo el título Agua embotellada, ¿quién la necesita?, en el que se afirma, por ejemplo, que la producción de un litro de agua Evian o Volvic genera 600 veces más CO2 que el agua del grifo.

Ahora una campaña opuesta que se esta dando en todos los supermercados peruanos y del mundo, es de incentivar el consumo de plástico, incluso con campañas engañosas como “Pon de tu Parte”, iniciativa liderada por el Ministerio del Ambiente, AVINA, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, ECODES, IPES, la Municipalidad Metropolitana de Lima y "Ciudad Saludable" y claro Perú 2021, donde muy aparte que muestran para donde van los objetivos monetarios de muchas entidades del estado, también es una forma de disfrazar los problemas medioambientales que atraviesa nuestro país.
Cabe destacar que actualmente, los supermercados Plaza Vea, Vivanda, Metro, Tottus, Santa Isabel, entre otros, cuentan con muchas sucursales en todo Lima, y algunas de estas empresas en otros departamentos y solo tratan de incentivar el consumo masivo de plásticos ya sea con promociones de 2 por 1 o del 50% de descuento e inclusive por paginas como el tewter o facebook, donde dan una imagen encantadora y necesaria del consumo de productos envueltos en plastico y mas plastico.

Ya es hora que cada uno ponga realmente de su parte y eso es simplemente cambiando nuestra forma de consumo asi como buscando alternativas al plastico o simplemente no usarlo. Eso comienza en casa, ya sea los niños educando a sus padres o viceversa que seria lo ideal. Durante miles de años hemos vivodo sin el plastico y ahora no podemos ser tan deperndientes si queremos forjarnos un mejor futuro.

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